Una
noche de agosto, tan lejos en el pasado como el año 1791, los negros esclavos de Haití levantaron la mano contra el amo blanco, y el mundo nunca sería el
mismo. La primera república negra libre, la primera en abolir la esclavitud, el
primer país soberano de este juego de damas que es la América Latina colonia y huésped.
Declararse independiente fue la primera afrenta de la colonia a la madre
Europa, la rebelión de la “oveja negra”.
Los
haitianos ya habían conocido al amo español, con el que pasaban más hambre, y
en ese momento pertenecían a Francia. La
Hispaniola, una joya en el mar de las nuevas indias, la única partida en dos,
en el corazón de un continente donde trescientos años de explotación
sanguinaria disfrazada de cristianización habían solventado el apogeo europeo
de lo que hoy nos enseñan como El Renacimiento. La Hispaniola brillaba en el
nuevo mundo como una colonia próspera, en la que la brújula no se equivoca, una
receta perfecta para el sofisticado estatus que hoy conocemos como departamento
de ultramar.
Dos
años antes las cabezas en Francia habían comenzado a rodar. La revolución
francesa fue seguramente un influjo para la insurrección de los haitianos, que
copiaron la decapitante rebelión ahuyentando a los pocos salvos a las costas
del oriente cubano.
Varios
años después Haití se declara independiente, no sin una condición: Francia le
pone una multa de una suma tal que a cualquier país que se la pongan hoy día,
tose. Condenado a no progresar, bloqueado, embargado e irreconocido, Haití tuvo
que comerse sus propias tripas y hacer de ellas corazón mientras invadía el
resto de La Hispaniola. Esta ha de ser la invasión peor contada de la historia.
Aquí por qué.
La
gente que hoy llamamos Dominicanos repiten frecuentemente que fueron invadidos
por los haitianos, e incluso festejan su independencia el día que se sublevaron
contra el yugo de sus invasores y no de la colonia española. Esta es una
falacia. El territorio invadido era una colonia de España, mal administrada,
negociada, recortada a pedazos por locales y colonos, que años antes y hasta
hoy estaría siendo vendida por pedazos como mercancía, no solo en extensión
terrestre, sino en cuerpo, en espíritu, en proyección cultural. Los que hoy
llamamos Dominicanos se sienten libres porque son capaces de elegir a qué país
blanco quieren acotar sus intereses, no porque hayan adquirido una verdadera
soberanía.
La
propaganda demonizante no tardó en aparecer. La raza negra se vio convertida en
el cuco, y los haitianos en su portabandera. Los mitos de decapitación
reverberaban en el imaginario blanco y por consiguiente de todo el que blanco
se sintiera. Y Haití haciéndose más pobre, masticando la carne seca de su identidad
racial y religiosa, promoviendo el mismo miedo del que se le acusaba como un
mecanismo de defensa, el único arma que le era permitida.
El
apartheid en el mundo acabaría siglos después, y de los haitianos todavía no
cesamos de sentir esa repulsión que nos enseñaron nuestros ancestros
blancos.
Porque
es eso, que somos blancos en el fondo. Por eso somos incapaces de decir negro
sin bajar la voz, o bien como los cubanos hacemos un gesto con el dedo en la
piel del brazo. Por eso nos hemos inventado que el color indio existe y somos
capaces de colocar en documentos oficiales una estupidez semejante. Por eso el
que más oscuro es se le llama “moreno” y todavía “mulato” hace rechinar algunos
dientes. Por eso casarse con un blanco es refinar la raza. Por eso cuando describimos
a una persona hermosa tendemos a decir “blanco, rubio y de ojos azules”. Porque
no es que seamos racistas, sabemos que “es lo mismo un blanco que un maldito
negro”.
Nuestra gloriosa cultura empezó a blanquearse hace siglos. No le echen la culpa a Sammy Sosa.
Nuestra gloriosa cultura empezó a blanquearse hace siglos. No le echen la culpa a Sammy Sosa.
Mira a Farrah Fawcett, qué perra. |
Cuando
se nos señala esa repulsión espontánea e incontenible, saltamos del asiento
blandiendo la espada del cliché mandingo, del negro bajo la oreja, de la
mezcolanza racial, de lo que sea, salvo confesar con la verdad de la ciencia:
Soy un mulato antillano.
Y a la
vez el fetiche. El culo negro de la dominicana que paralizó a toda Francia, el
culo en general que tanto y tanto hemos gustado y compartido. Los talegos
trepidantes desde la música popular hasta la literatura (entre Pepe y La Estrategia de Chochueca) o el cocomordán, no son sorprendentes
ejemplos de una demonización sexual, herencia católica que no nos hemos
sacudido todavía.
Más
recientemente, adjudicamos a los haitianos habilidades animistas, poderes
místicos y otras amenazas para esta república blanca oscura que teme sus
cabezas rueden. Hablamos de invasión antes de que ocurra, y rechazamos a los
haitianos que nos usurpan, supuestamente, de nuestro pan de cada día.
Este es
el miedo blanco de los dominicanos. El miedo de a la decapitación negra. No es
que veamos agredida nuestra identidad, es que perdemos la elección de nuestra
propia colonia. No es que nos roben un trabajo que en realidad no estamos
dispuestos a realizar por las monedas que se les paga a los haitianos, es que
queremos que lo hagan de gratis, como antes, cuando eran “nuestros” esclavos.
A este miedo
centenario los haitianos responden con su arma centenaria, el cuco. Y sin ton
ni son gritan contiendas que no serían en décadas capaces de ejecutar.
Hace
varios meses el Tribunal Constitucional aprobó una ley que sustrae la
nacionalidad dominicana a los descendientes de haitianos que hayan nacido en
condiciones migratorias irregulares. Y a simple vista la decisión es plausible
y aplaudida. Pero su carácter retroactivo que remonta su ejecución al año 1929
puso el grito al cielo en locales y arribados. En una de las manifestaciones de
tres gatos cerca de la frontera, un tal Sam Se Pam quemó la bandera dominicana.
Y uno pensaría: Gran vaina, ¿No? Es decir, no es que haya verdaderos patriotas,
y ya hemos visto la bandera dominicana utilizada para recoger tierra en un
patio de destacamento, ¿No? Y la bandera dominicana no vale nada cuando uno
tiene la remota posibilidad de coger una yola, sacar un green card o pedir un pasaporte, ¿NO? Pero sí, fue gran
vaina y Sam Se Pam… Bueno, no se supo bien de su paradero. Pobrecito,
pobrecito.
Esto ha
sido suficiente para una inevitable lluvia mediática de desinformación e
instigación (enchinchadera). Por un lado los dominicanos con miedo, y por el
otro los haitianos haciendo cuco. Porque nada más chismoso que la gente bruta. Y
como el miedo es lo que más vende, no falta quien quiera capitalizar el
conflicto desde su propia tribuna. La prensa mediocre aclara que una ballena
murió en aguas haitianas y que los delfines se salvan en aguas dominicanas. Las
redes sociales acusan de crímenes en dominicana a fotos de negros en el Congo que
encuentran en internet y que no tienen nada que ver. Un supuesto político
haitiano, mitad farandulero, llamado Jean Sam Occelin se alza con el nombre de
Sam Se Pam para clamar por una revolución contra Santo Domingo, pone un video
en internet con una canción de revolución vacía, con palabra pero sin acción, y
es incapaz de responder a un simple cuestionario de La Perra de Dios sobre sus
intenciones, carece de fundamento y su fuerza es solo tan amenazante como la
dimensión que le otorguen los ignorantes dominicanos.
Porque
para que venga el cuco hay que tener miedo. Y hay que meter miedo para que cuco te llamen.
¿Y
miedo a qué?, pregunto yo.
Porque
la República Dominicana no ha mostrado nunca una agenda que la encamine a una
unificación con la República Haitiana, ni así lo permitirían las colonias que
nos manejan. La supuesta presión internacional no es más que la reprimenda
propia de una decisión alarmante y draconiana del Tribunal Constitucional. La
supuesta amenaza haitiana es un reguero de gente pobre y hambrienta que lo
único que quiere es, ya que pagaron lo que tenían a un guardia corrupto en
la frontera para poder entrar, que por lo menos se les permita trabajar. Los
supuestos traidores dominicanos solo intentan salvar a la República Dominicana
de más vergüenza internacional. Los supuestos nacionalistas lo que buscan es
lucrarse de un conflicto centenario. Y la prensa mediocre da la noticia que alarme más y produzca más clicks.
Así que si usted quiere entrar en el juego, usted tiene que elegir su cuco y su miedo.
Cuantos disparates…
ReplyDeleteNingún proyecto de nación que nace del odio, puede progresar. Y la mejor prueba es Haití, que a pesar de haber sido el segundo país en independizarse, sigue estancado en el atraso y sin ninguna posibilidad de salir de su desgracia por incapacidad.
La independencia Haitiana es el resultado del odio (Dessaliness mando a asesinar 300 mil personas en su proclamación de independencia, solo porque eran blancos) entonces… ¿Quién realmente tiene miedo?
Haití ha estado y seguirá estando ahí. Y los dominicanos podemos vivir perfectamente con esa realidad, siempre y cuando los haitianos se mantengan en su territorio y respeten el nuestro.
¡La fusión jamás pasara! ¡Primero se hunde la isla!
mira muchacho, pero el entendimiento se te fue del coco. lee bien lo que esta publicado ahi arriba. lee bien y trata, lucha por entenderlo. asi se te despeja la mente y se te llena de entendimiento.
DeleteCuando se tiene la comprensión lectora de un nacionalista promedio dominicano sucede eso Nano. A mi me sorprende este blog, habla de problemas sociales y análisis institucionales con el mismo léxico de un dominicano promedio, es el mejor uso de un juego del lenguaje coloquial que he visto en alguien.
DeleteGracias, Nano y Mella... para alguien que escribe por amor, sus elogios son mi paga.
DeleteCanis Dei... Primera vez que leo su blog... y resulta interesante tanto lo que escribe como los buenos comentarios que lo alangan.. pero verguenza siento que personas que no sepan leer y que es mejor que no digan nada para uno no seguir creyendo que lo que decia TUTIN Bera Goico era cierto... Pero hay que seguir gritando y abogando que las autoridades de la Republica puedan ser saneada en todas las direcciones porque hay persona que le duele que los pocos empleos se le den a los Haitianos porque son los unicos que los realizan por ese precio, el cual no es el monto que se presupuesta. Y recuerdo ahora con eso de la frontera, que cuando existia la policia de transito, los cacos blancos, el que estaba en chabacaneria con el jefe era que lo ponian en el Mercado... para que no se, pero lo puedo relacionar con la frontera... o con un consulado en Haiti, en donde ahora mismo se cobran 7mil pesos dominicano por una visa por 6 meses para que crucen y cuando se termina la visa y regresan los atracan con la autoridad que tienen con el dinerito que llevan ahorado. Se que no somos INDIO porque lo dijo Trujillo. Ni blanco porque se cuales son las razas, pero si se que lo que se esta haciendo en parte de la frontera y consulado Dominicano en Haiti es mas que corrucción y lo que me duele saber es que NO TENEMOS AUTORIDADES PARA PARAR ESE ABUSO.
DeleteAbuso, tú lo has dicho... No uno solo, varios abusos.
DeleteCuanta bazura este tipo esta en crack ?
ReplyDeleteDefine "bazura"
DeleteJajaja. Te amo Canis.
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ReplyDeleteSan Luis, San Isidro, Guerra, Bayaguana, El Toro, Los Llanos, .... deben existir más pueblos así en otras provincias, principalmente en las que hayan sido productoras de azúcar.
ReplyDeleteMe detuve casi en la mitad, pensando que "mas pa'lante dice algo bueno" pero no aguanté, el que escribió esa patochada, parece que lo hizo después que duró una semana viendo "prision break" las 24 horas junto a un loco de la UASD de los que son matrícula 75 hablándole de Balaguer.
ReplyDeleteEN CONCLUCCION ,HAITI EN HAITI Y SANTO DOMINGO EN SANTO DOMINGO AUNQUE ESTEMOS JUNTOS SOMOS DIFERENTE,
ReplyDeleteDUELALE A QUIEN LE DUELA.
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ReplyDelete" Los que hoy llamamos Dominicanos se sienten libres porque son capaces de elegir a qué país blanco quieren acotar sus intereses, no porque hayan adquirido una verdadera soberanía." Super frase.
ReplyDeleteSaludo de parte del Rey Cínico. XD
Puras cantinfladas
ReplyDeleteBrutal. Hace tiempo leí este artículo y me pareció muy interesante. Esta noche lo he vuelto a leer y me lleno de melancolía cuando pienso en lo guapo que sería si todos compartiéramos tu punto de vista.. RD, está llena de ignorancia e ignorantes que mantienen un libro entre el "sobaco" por muchas horas con muchas posturas sin entender su significado.
ReplyDeleteEso es pura mierda que pretenden,con esa basura falacia,es lo que expones en toda esa mierda,no es que seas negro o blanco ignorante cuantos negros no hay que son dominicanos y nadie ve ese racismo solo ustedes,lo que pasa es que ustedes son un pais de salvages que destruyeron su media isla y ahora quieren reclamar la parte nuestra como suya pero tendran que matarnos a todos antes de que eso pase,arreglen su poso de mierda mejor,en ves de decear que nuestro pais sea un poso de mierda,como el que han hecho en su media isla,no le hechen la culpa a nadie del desastre que tienen por pais si a esa mierda se le puede llamar pais.buenas tardes
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